Nuestras experiencias pasadas marcan sabias lecciones de para afrontar aquellos nuevos obstaculos en nuestras vidas, son estas mismas experiencias las que marcan hoy nuestro actuar, nuestra forma de pensar y escencialmente la manera en que miramos al futuro.

Cuantas veces aun aprendiendo estas enseñanzas y sabiendo que de estos errores nos hemos sometido a dificultades, caemos nuevamente en lo mismo, que tan pensate entonces somos a la hora de actuar, que tan instuitivos somos, o somos simplemente superados por nuestros instintos o impulsos?.

Hemos sobrepasado la meta de lo racional, convirtiendonos en animales institivos, bajo el misticismo de sentirnos superiores en una cadena de errores y aciertos que solo aquellos mas habiles pueden explorar saliendo airosos de cada situacion, segundo a segundo...

Cada uno de nosotros esta lleno de instintos, que nos permiten acertivamente vivir y actuar sin desgastar nuestro pensamiento en acciones basicas, la personalidad humana surge del conflicto entre nuestros impulsos instintivos tendentes a la agresividad y a la búsqueda del placer, por un lado, y los límites sociales que se les impone por otro. Es asi que nuestra perdonalidad se construye como un intento de conciliar estas dos instancias buscando la satisfacción de nuestros instintos sin ser víctimas de los sentimientos de culpa o castigo.

A medida que el tiempo pasa y vamos madurando vamos aprendiendo que nuestros deseos chocan con el mundo real; esto nos fuerza a readaptar nuestros deseos a este mundo real a través del principio de realidad. Así se construye el yo consciente, aquel Ser que creemos que somos.

Este Ser es la parte visible de nuestra personalidad pero las raíces profundas de nuestra identidad permanecen en el lado inconsciente de nuestro psiquismo. Todas las motivaciones conscientes no son más que motivaciones inconscientes transformadas para que el yo pueda conservar incólume su autoconcepto.

Debemos entonces bucar la complacencia en considerar que nuestros sentimientos se basan en principios nobles y no en un mero impulso de satisfacción instintivo.

Y que mas podemos hacer si mas alla de todo nuestro control, nuestra mente queda a oscuras ante cualquier tentacion, divulgamos nuestro andar en aquellas perdidas conciencias en que sabemos que siempre habra un mañana para remediar todo lo mal hecho.

Es entonces es en este punto donde debemos sonreir para poder retomar fuerzas, luego de nuestro actuar instintivo, y reponer nuestros objetivos en hacer esto una vez mas... una leccion del Pasado...

Publicado por Victor Aguilera Ildefonso (Vick) viernes, 25 de septiembre de 2009

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La pureza del alma se refleja en el arte de las palabras, aquella mezcla de sentimientos con aroma a intelecto, aquel magico momento en que podemos mirar nuestro interior dejandonos llevar por nuestro instinto de dejar salir aquellas ganas de gritar en silencio.